jueves, 17 de julio de 2008

Señales de vida


Tan sólo unas líneas para dar señales de vida y aconsejar al amable lector que no deje de seguir por TV o Internet el viaje del Papa a Australia, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud.

Otro día, con más calma, contaré los detalles de mi reciente paso por los sótanos de un gran hospital. Si la última vez fue de aurora boreal, ésta ha sido de película de los Hermanos Marx.

Que pasen Vds. un buen día.

sábado, 12 de julio de 2008

Apple se iPhone las pilas


Ha sido una jugada de marketing impresionante en la que, por una parte, Apple le da un collejón telefónico a la empresa del Puertas (están verdes, dijo la zorra) y, por otra, Movistar le ha mojado la oreja a Orange y Vodafone, que siguen mareando la perdiz a base de unos terminales con todo el mp3 que Vd quiera, pero que, de golpe y porrazo, se han quedado más obsoletos que una radio de galena.

Es lo que tiene lo de vivir en un Mercado Global, que al camarón que se duerme, se lo lleva la moda por delante.

La verdad es que el chisme es atractivo, y tal y cual, pero para ser un teléfono es un poco grande y, para ser un ordenador es un poco pequeño. Lo que ya no soy capaz de discernir es si tiene el tamaño justo para ser un Agendáfono.

En cualquier caso, me da en la nariz que es un nuevo chisme que van a pillar todos los pijos del mundo munidal al grito de "kiyo el últimoooo!!!". Evidentemente, también es un instrumento fenomenal para pasar de la crisis y gastar tontamente el dinero viendo la cotización de unas acciones que no tenemos, o leyendo un periódico que ya tienes en casa encima de la tele.

¿Y tú, ya tienes tu iPhone?

miércoles, 9 de julio de 2008

En un bosque



Nada tendría que decir sobre esta imagen, si no fuera porque estaba colocada en lo más profundo de un bosque suizo situado a las afueras de Zurich y a varios kilómetros de cualquier lugar habitado. No quiero ni pensar en el pobre perro que se viera en tal aprieto.

Sabíamos que los suizos (y las suizas) son pulcros (y pulcras) por naturaleza (y por naturalezo), pero nunca nos habíamos imaginado que llegarían a esos extremos (y extremas).

NOTA: Esta entrada se la dedico a la Excma. Sra. Ministra de Igualdad

martes, 8 de julio de 2008

Constructores de la Sociedad



Ahora que se habla tanto de las reformas sociales que pretende impulsar el PSOE, no está de más releer el fenomenal artículo que publicó D. Pablo Cabellos en el diario Levante el pasado 29.III.2008. Lo mejor de todo está al final.

Toda la vida social es expresión de su inconfundible protagonista: la persona. Este importante reconocimiento se expresa en la afirmación de que lejos de ser un objeto y un elemento puramente pasivo de la vida social, el hombre es, por el contrario, y debe ser y permanecer, su sujeto, su fundamento, su fin. No han faltado en el pasado, y aún se asoman dramáticamente a la escena de la historia actual, múltiples concepciones reductivas, de carácter ideológico o simplemente debidas a formas difusas de costumbres y pensamiento, que se refieren al hombre, a su vida y a su destino. Estas concepciones tienen en común el hecho de ofuscar la imagen del hombre, acentuando sólo algunas características, con perjuicio de todas las demás.

Una sociedad justa puede ser realizada solamente en el respeto a la dignidad trascendente de la persona. Ésta representa el fin último de la sociedad, que está a ella ordenada: el orden social, pues, y su progresivo desarrollo deben en todo momento subordinarse al bien de la persona, ya que el orden real debe someterse al orden personal, y no al contrario. Por esta razón, ni su vida, ni su pensamiento, ni sus bienes, ni cuantos comparten sus vicisitudes personales y familiares pueden ser sometidos a injustas restricciones en el ejercicio de sus derechos y de su libertad. La dignidad humana requiere, por tanto, que el hombre actúe según conciencia y libre elección, es decir, movido e inducido por convicción interna personal y no bajo la presión de un ciego impulso interior o de mera coacción externa. El recto ejercicio de la libertad personal exige unas determinadas condiciones de orden económico, social, jurídico, político y cultural que son, con demasiada frecuencia, desconocidas o violadas.

Se trata del principio de la dignidad humana en el que cualquier otro principio y contenido de la doctrina social encuentra fundamento: del bien común, de la subsidiaridad y de la solidaridad. La subsidiaridad está entre las directrices más constantes y características de la doctrina social de la Iglesia. Es imposible promover la dignidad de la persona si no se cuidan la familia, los grupos, las asociaciones, las realidades territoriales locales, en definitiva, aquellas expresiones agregativas de tipo económico, social, cultural, deportivo, profesional, político, a las que las personas dan vida espontáneamente y que hacen posible su efectivo crecimiento social. La red de estas relaciones forma el tejido social y constituye la base de una verdadera comunidad de personas. Es éste el ámbito de la sociedad civil.

Conforme a este principio, todas las sociedades de orden superior deben ponerse en una actitud de ayuda (subsidium) —por tanto, de apoyo, promoción, desarrollo— respecto a las menores. A la subsidiaridad entendida en sentido positivo, como ayuda económica, institucional, legislativa, corresponde una serie de implicaciones en negativo, que imponen al Estado abstenerse de cuanto restringiría, de hecho, el espacio vital de las células menores y esenciales de la sociedad. Su iniciativa, libertad y responsabilidad no deben ser suplantadas. La negación de la subsidiaridad, o su limitación, limita y a veces también anula el espíritu de libertad e iniciativa. Con el principio de subsidiaridad contrastan las formas centralizadas, de burocratización, de asistencialismo, de presencia injustificada y excesiva del Estado y del aparato público.

Consecuencia característica de la subsidiaridad es la participación, que se expresa, esencialmente, en una serie de actividades mediante las cuales el ciudadano, como individuo o asociado con otros, directamente o por medio de los propios representantes, contribuye a la vida cultural, económica, política y social de la comunidad civil a la que pertenece. La participación en la vida comunitaria es también uno de los pilares de todos los ordenamientos democráticos, además de una de las mejores garantías de permanencia de la democracia. Así, la comunidad política se constituye para servir a la sociedad civil de la cual deriva y con la que debe regular sus relaciones según el principio de subsidiaridad.

Una advertencia: sólo el título es mío, y ni una palabra más, ni siquiera para mejorar el conjunto de la redacción. Me he limitado a «cortar y pegar» del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, sin ningún género de manipulación.

domingo, 6 de julio de 2008

Los 40 de Chuli

Hoy cumple cuarenta tacos mi hermana Chuli. Pensaba colgar un post sobre la penúltima chorrada que se le ha ocurrido a ZP para marear la perdíz, pero, comprenderá el venébolo lector que, ante semejante fasto, ceda en mi pretensión y me sume al innumerable coro de felicitaciones que estará recibiendo mi hermanísima.

Estoy seguro de que, a partir de hoy, será aún más chulísima.

Un besote.

jueves, 19 de junio de 2008

De aurora boreal

De aurora boreal podría calificarse lo que han perpetrado los servicios médicos que me han atendido.

Despues de dos meses de pruebas, estaba previsto que a este androide le realizaran una operación, digamos que de tipo A, en el brazo izquierdo y con anestesia general, con opción de otra operación de tipo B en el mismo brazo. Con esa previsión y diagnóstico ingresé en el Hospital el pasado domingo a las 18:00 horas. A eso de las 19:00 me visitó en planta la cirujano que me había atendido en consulta para confirmarme el diagnóstico y para que firmara el consentimiento informado, cosa que hice.

Pasé la noche con la lógica incertidumbre previa a una anestesia general, pero dormí bastante bien, gracias a Dios.

A primera hora del lunes, apareció el barbero para rasurarme completamente el brazo izquierdo. Al poco, vinieron un par de enfermeras que me embadurnaron dicho brazo con Betadine y lo envolvieron en un paño esteril. A eso de las 10 de la mañana me volvió a visitar la cirujano para comprobar que todo estaba bien. A eso de las 12 me bajan a quirófano, en donde me encuentro al anestesista, que me explica en qué consistirá su papel. A las 12:20 más o menos, me meten en quirófano con todo preparado para operar en el brazo izquierdo. De repente, surgido de la nada, aparece un tio gordo, vestido de verde, que se identifica como cirujano y que dice que de eso nada, monada. Ni anestesia general, ni en el brazo izquierdo, ni del tipo A ni del tipo B. Que lo suyo era una operacion con anestesia local, en el brazo derecho y del tipo C.

Hay que decir que esa misma operación del tipo C ya me la habían hecho en el brazo izquierdo en dos ocasiones, y que ambas habían fracasado por circunstancias que no vienen al caso, pero que no han cambiado desde entonces.

Le digo al tipo gordo todo eso, pero se mantiene en sus trece y, como no quise montar "un pollo", me resigno y se pone a la faena.

Al terminar, y mientras me cosían, el tío gordo me dice que, bueno, que las condiciones no eran las idóneas, que confiemos en que salga bien, que al menos lo hemos intentado y que ya me puedo ir a casa.

Esta mañana he acudido a revisión y les he pedido explicaciones que no me han podido dar porque, si sabían que las intervenciones A y B no se podían hacer, como me reiteró el tío gordo en dos ocasioens, no había razon alguna para programarlas, y si lo suyo era la intervención del tipo C, deberían habérmelo dicho desde un principio. A mayor abundamiento, les hice notar que yo no había firmado ninguna autorizacíón para que me operaran en el brazo derecho, cosa que les ha puesto un poco nerviosos.

Ante ese "dilema cornutto", y después de reconocer que, muy posiblemente, la intervención no habrá servido para nada (si Dios no lo remedia), me han pedido disculpas por la clamorosa falta de coordinación, que han sido aceptadas; y, una vez más, he de recurrir al abandono en las manos de Dios, que me ha dado la paciencia necesaria para seguir adelante con mucho ánimo y el optimismo necesario para hacer unas risas de todo este episodio.

Con el ruego de que el lector amable sepa disculpar esta larga chapa, y en la esperanza de que llegarán días mejores, les deseo a todos y a todas todo lo mejor.

domingo, 15 de junio de 2008

Cerrado por reformas

Este lunes, Dios mediante, el autor de estas líneas pasará por talleres para someterse a una pequeña intervención quirúrgica, consistente en la implantación de una prótesis de acceso vascular para optimizar el proceso de filtrado al que se somete cada dos días.

No hay fecha de alta, pero lo más probable es que el Blog se quede huérfano durante unos cuantos días. Nada grave.

Gracias a esa intervención, el androide recupera su condición anfibia. Cosa importantísima de cara a los meses estivales que se avecinan.

Ruego oraciones por el éxito de la reparación y el tino de los mecánicos.

viernes, 6 de junio de 2008

"La realidad tiene limites; la estupidez no." (Napoleón Bonaparte)


Si hay algo que me subleva, a estas alturas del Siglo XXI, y en estas coordenadas de la Unión Europea, es la estupidez de algunos naZionalistas que, por vía de las subvenciones públicas, se dedican al panzismo y a excomulgar por lo civil a cualquier ciudadano o ciudadana, nacional o extranjero (o extranjera), que se atreva a expresar una opinión discrepante de la que imponen aquellos sujetos.

Viene esto a cuento del follón provinciano que se ha organizado en Baleares por un Editorial que, el Presidente de Air Berlín, Her Joachim Hunold, ha publicado en la revista de su Compañía aérea. Sostiene, en síntesis, Her Hunold, que “Hoy el castellano ya no es una lengua oficial. Hay pueblos en Mallorca en los que los niños ya no hablan español. En sus escuelas el castellano es una lengua extranjera más”.

Her Hunold responde así a la carta que la directora general de Política Lingüística del Gobierno Balear, Margarita Tous, ha enviado a todas las compañías aéreas que operan en el archipiélago pidiendo que atiendan a sus pasajeros también en catalán.

El presidente de la aerolínea alemana se pregunta en la editorial de la revista Air Berlín Magazine si “¿Les tengo que dar cursos de catalán por decreto a mis empleados? Y los que vuelan a Galicia o el País Vasco, ¿querrán que nos dirijamos en gallego o en vasco? “

El presidente de la aerolínea alemana afirma igualmente que “la partición de España en nacionalismos es un retorno a los miniestados medievales” y hace hincapié en que Mallorca se ha beneficiado de fondos europeos que no hubiera conseguido jamás siendo un estado catalán en solitario.

Como pueden comprender, ante esas declaraciones, los naZionalistas, como Don Juan Puig (el de la foto en Meyba), o sus acólitos de la Obra Cultural Balear, han saltado como panteras cuatribarradas, pidiendo poco menos que la expulsión del mundo de los vivos de Her Hunold, y la de su Compañía aérea del ámbito económico Catalano-Balear.

Semejante respuesta cateta, olvida consciente o inconscientemente cuatro puntos de obligado conocimiento, que me permito enumerar para poner de relieve el carácter palurdo de estos naZionalistas de vía estrecha. A saber:

Primero: Olvidan estos sujetos que España (en su conjunto) se ha incorporado plenamente al Espacio Económico Europeo que, en su Tratado Constituyente, IMPONE la LIBRE CIRCULACIÓN de personas, bienes y capitales; de modo que, como cualquiera mínimamente documentado ya sabe, están proscritas, y castigadas con fuertes sanciones económicas, las conductas que, como las propuestas por nuestros paletos naZionalistas, impidan o restrinjan esa libre circulación.

Segundo: Olvidan igualmente esas mentes obtusas y decimonónicas que, desde que se aprobó la Constitución Española, está vigente y garantizada la libertad de expresión, que es, precisamente, el derecho fundamental que ampara tanto a Her Hunold como a los catetos para que, el uno y los otros, se expresen libremente.

Tercero: Por si lo anterior no fuera suficiente, sólo los más ignaros de entre los ignaros desconocen que, gracias a la libertad que amparan tanto el Tratado de la Unión Europea como la Constitución Española, cada uno (incluidos los catetos) es muy libre de viajar en la compañía aérea que más le guste, o que sea más acorde con sus ideas o con su falta de ellas. Es más, incluso los catetos estan legitimados para crear una compañía aérea en la que sólo se hablen lenguas tremendamente minoritarias. Recíprocamente, cada empresario no-cateto es muy libre, dentro de la legalidad vigente, de dirigir su empresa como le pete. Y, más aún, si hablamos de un empresario internacional.

Cuarto: Mal que les pese a estos nuevos Torquemadas filológicos, y aunque sea una obviedad, conviene recordar y poner de relieve que el español es una de las lenguas reconocidas por la Unión Europea. El catalán y el mallorquín, no.

La imposición lingüística del idioma de la región –o de una comunidad autónoma vecina– no se ha empleado tanto para preservar unas lenguas en vías de extinción como para crear barreras artificiales entre españoles. Dado que ni la historia ni la raza ni ninguna de las habituales razones que se suelen aportar para justificar la secesión pueden aplicarse a ninguna región española, los naZionalistas se han aplicado con mimo en el uso del idioma no como herramienta de comunicación sino como "hecho diferencial", que sirva para separar y no para unir.

Lo más triste del asunto es que, después del bochorno del Chiki-Chiki, y con el tremendo ridículo internacional que supone para España, ha tenido que ser un alemán (con grandes intereses económicos en Baleares, para más INRI) quien se ha tomado la molestia de poner de relieve este nuevo episodio de catetismo.

Y, para que los paletos entiendan lo que supone censurar las opiniones ajenas, por primera vez suprimiré la opción de hacer comentarios a esta entrada, a ver si, probando su propia medicina, se abren algunas mentes cerriles.

jueves, 22 de mayo de 2008

¿Libertad de enseñanza?

Ahora que se cumplen 30 años desde que España decidió constituirse en un régimen de libertades salta a los medios de comunicación el debate sobre los colegios que una fundación privada está construyendo en el Parc Bit de Palma de Mallorca. Y, como suele suceder en estos casos, se produce la paradójica situación de que quienes más blasonan de defender la libertad son, precisamente, los que más se oponen al ejercicio de ese principio superior que garantiza el primer artículo de nuestra Constitución.

La creación de centros de enseñanza privados siempre provoca en los centros dependientes del Erario Público una cierta desazón. La enseñanza pública española, habituada al monopolio de la expedición de títulos, sin duda por su impronta francesa del XIX, no acepta de buen grado que desde el ámbito privado se le haga competencia. Por supuesto, hay excepciones, pero éstas se manifiestan siempre en el ámbito individual.

Quienes se oponen a la libre creación de centros de enseñanza, muestran su rechazo a que la educación se considere un servicio más sujeto a las leyes del mercado. Haciendo suyos los típicos resabios de una jerga decimonónica, suponen que lo público es bueno y la competencia privada es mala, muy mala… sobre todo cuando un@ está acostumbrad@ a vivir beneficiándose de una situación de monopolio. Lo más curioso de todo es que, por poner un ejemplo, el principio director de las reformas universitarias de los últimos años es la adaptación de la universidad a… las necesidades del mercado.

Otra de las paradojas que se dan con más frecuencia en torno a este tipo de centros de enseñanza es aquella que consiste en imputarles todos los males posibles. Así, por ejemplo, se ha dicho en las páginas del Diario de Mallorca que:

Si separamos a las personas con coeficiente intelectual elevado de las que no lo tienen, si separamos a las personas de clase social baja de les de clase social alta, si separamos las personas según la cultura i procedencia, si separamos las personas según el color de la piel, si separamos las persones según el sexo, seguramente la eficiencia en el aprendizaje será más elevada, eficiencia por lo que hace a los resultados académicos y a los resultados cognitivos, es decir, por lo que hace al rendimiento; pero, no nos engañemos, eso no es educación.

En primer lugar, el párrafo es un claro ejemplo de demagogia, porque más parece hablar de un campo de concentración que de un centro de enseñanza. En segundo lugar, la autora induce al lector a pensar que en los Colegios del Parc Bit se va a separar al alumnado por su clase social, por su coeficiente intelectual, por sus ingresos, o por el color de su piel.

Y si la autora piensa que tal sucederá en esos colegios, es que no sabe por dónde le da el aire. O tiene muy mala leche. Es más, se podría decir que nunca ha pisado un colegio de los mal llamados “del Opus” (dado que el Opus Dei no tiene colegios). Si tiene un poco de paciencia, y algo de confianza en la buena fe de los padres y las madres que los promueven, ella misma podrá comprobar que sus temores son infundados y que el ideario de esos colegios va en dirección diametralmente opuesta a la mendaz acusación de segregar a nadie por su clase social, por su coeficiente intelectual, por sus ingresos, o por el color de su piel.

Y no se les segregará porque, poniendo en práctica las enseñanzas de San Josemaría Escrivá de Balaguer, en esos colegios, junto con un elevado rigor educativo, se persigue sólo y exclusivamente difundir, entre multitudes de todas las razas, de todas las condiciones sociales, de todos los países, el conocimiento y la práctica de la doctrina salvadora de Cristo: contribuir a que haya más amor de Dios en la tierra y, por tanto, más paz, más justicia entre los hombres, hijos de un solo Padre.

Muchos miles de personas —millones—, en todo el mundo, lo han entendido. Otros, más bien pocos, por los motivos que sean, parece que no. Si mi corazón está más cerca de los primeros, honro y amo también a los otros, porque en todos es respetable y estimable su dignidad, y todos están llamados a la gloria de hijos de Dios.
(San Josemaria Escrivá, Homilía El respeto cristiano a la persona y a su libertad).

Y en cuanto a la coeducación obligatoria, es claro que por algunos se pretende prohibir la educación diferenciada de niños y niñas, y que todos los centros educativos han de ser, obligatoriamente, mixtos. Obviamente, es legítimamente defendible la bondad de la educación mixta; pero también lo es la defensa de la educación diferenciada. Es tan simple como los es cualquier cuestión de preferencias personales, de respeto a las convicciones, de apostar por la diversidad de sistemas pedagógicos. Y si no es lícito imponer nada a nadie, lo lógico es que quién quiera colegio mixto, que pueda elegirlo; pero es igualmente legítimo que también pueda elegir libremente el que quiera educación diferenciada. Mientras los centros de educación diferenciada no pretenden imponer nada a nadie, es evidente que algunas ideologías quieren que sólo exista la educación mixta: ¿y la libertad?

Porque, en el fondo, de lo que estamos hablando es del pleno respeto a las convicciones ajenas, del libre ejercicio del pluralismo educativo, de llevar a la práctica el convivir con quienes piensan de forma diferente; en definitiva, estamos hablando de libertad. Y eso es, precisamente, lo que persiguen los padres y madres que están promoviendo esos colegios: ejercer libremente, y en igualdad de condiciones, su legítimo derecho a educar a sus hijos como a ellos les de la gana, ahora que se cumplen 30 años de libertad.

Y termino citando de nuevo una de las enseñanzas de San Josemaría Escrivá:

“si alguno entendiese el reino de Cristo como un programa político, no habría profundizado en la finalidad sobrenatural de la fe y estaría a un paso de gravar las conciencias con pesos que no son los de Jesús, porque su yugo es suave y su carga ligera. Amemos de verdad a todos los hombres; amemos a Cristo, por encima de todo; y, entonces, no tendremos más remedio que amar la legítima libertad de los otros, en una pacífica y razonable convivencia.” (Es Cristo que pasa, Homilía Cristo Rey, Punto 184).

martes, 20 de mayo de 2008

Una palabra profanada

En vísperas de la Solemnidad del Corpus Christi, recojo un post de D. Enrique Monasterio que viene como anillo al dedo, para desagraviar tantas blasfemias como se oyen últimamente, incluso en progranas de TV supuestamente respetuosos con todas las creencias.

Empiezo a redactar este artículo en la capilla del Centro universitario donde trabajo. En este pequeño oratorio celebraré la Santa Misa dentro de media hora. Entre tanto permanece en penumbra. Para escribir me basta la luz tenue que ilumina el Sagrario.

He puesto una palabra como título. La leo en voz alta y siento la misma desazón que me produce oírla a todas horas: en la radio, en la televisión, en la calle, en las conversaciones más triviales e incluso en ambientes presuntamente cultos. Decido tacharla. Había escrito “La Hostia”

“La Hostia” es una palabra profanada, un vocablo envilecido, contaminado por el vómito de millares de blasfemos que se han ensañado con Ella durante años. No tengo tiempo ni ganas de hacer un análisis sociológico o histórico de la cuestión; pero, en todo caso, ofender a Dios con la palabra siempre me ha parecido un pecado estúpido, una especie de pataleta de adolescente, aunque sea cosa de viejos. Los blasfemos se rebelan contra sus más íntimas creencias con la misma agresividad del quinceañero que escupe a un retrato de su padre para reivindicar su autonomía.

No tan grave, pero sí tan necia como la blasfemia, es la irreverencia consciente, el manoseo torpe o graciosillo del lenguaje sagrado para escándalo de ancianitas o regocijo de clerófobos. La Hostia Santa (pongamos siempre este adjetivo) se ha convertido para muchos en un sustantivo “audaz”, en un churrete asqueroso del lenguaje progre o en una muletilla mohosa para tartamudos mentales.

Hace un rato, frente al despacho del capellán, un grupo de alumnos de Derecho comentaba el último examen de no sé qué asignatura. Una alumna repitió tres o cuatro veces esta palabra con su correspondiente artículo determinado. Yo no podía verla, y quizá ella tampoco era consciente de que la escuchaba a pocos metros. La chica probablemente no quería ofender a nadie, pero su reducido vocabulario precisaba de un comodín, y por lo visto no tiene otro mejor.

Sin embargo, la Hostia es Jesucristo. No quiero decir que “signifique” la presencia de Jesús entre nosotros; ni siquiera que “esté” escondido en un pedazo de pan. No: el pan ya no existe. La Forma consagrada “es” Jesús, su Cuerpo, su Sangre, su Alma, su Divinidad.

Miro al Sagrario. Todavía faltan diez minutos para la Misa. Dentro de poco tendré la Hostia en mis manos: el Cuerpo glorioso e inmortal de Jesús, que ha querido permanecer con sus heridas abiertas, entregándose eternamente al Padre desde la Cruz, para hacer perenne su Sacrifico.

Por eso, mientras trato de prepararme para celebrar la acción más sagrada y trascendente que podemos realizar en esta vida, pienso en ese Jesús escupido, torturado y humillado que se dispone una vez más a ser Sacerdote y víctima del Sacrificio. Y me pregunto si, tal vez, permitirá tantas ofensas, insultos e irreverencias a su presencia eucarística para poder seguir sufriendo como Hostia igual que sufrió en la Cruz.

* * *

He terminado la Misa hace veinte minutos. Hablo con Nacho de todo esto. Él piensa que tengo razón en el fondo, pero que exagero.

—La gente no sabe lo que dice. A mí no me gusta emplear esas palabras, aparte de que soy la mar de tranquilo, pero cuando juegas a básquet y te dan un codazo, no sé…, a lo mejor se me escapa. ¿Está mal eso?

—Las palabras salen siempre de algún sitio —respondo—; y nunca son inocuas.

Le propongo que limpiemos entre todos esta palabra santa, y no toleremos que la irreverencia se extienda entre personas que ni siquiera sospechan que ofenden al Señor. Que no vaya de boca en boca como si fuera basura.

—¿Y qué se consigue con eso?

—Dar gloria a Dios. Y, de paso, reparar por tantas ofensas.

Imagina por un momento que estás en el Huerto de los Olivos con Jesús. Él lleva ya sobre sus hombros todos los pecados de los hombres, y no aguanta más el peso y la repugnancia de ese cáliz terrible. Ha empezado a sudar gotas de sangre… ¿No te gustaría limpiarle la frente y besar su rostro?

Limpiemos al menos su Nombre; no seamos cobardes.

martes, 13 de mayo de 2008

La última patraña

Ya lo decíamos ayer, pero resulta que Jaime lo dice mejor que yo, por lo que me permito la osadía de apelar a nuestra vieja amistad y hacer un copy-paste de su artículo.

Dice así:

Cuando estudiaba en la Universidad de Barcelona a principios de los 70, me resultó atractivo el movimiento estudiantil contra el régimen de Franco, controlado por la Liga Comunista Revolucionaria de cuño trotskista. En cambio, el marxismo me resultó siempre soporífero. Cuando me asomé a Marx me pareció todo ello una patraña, incapaz de dotar de sentido mi experiencia vital.

Viene este recuerdo a mi memoria por la reciente lectura en Claves de Razón Práctica del Alegato contra la religión del antiguo trotskista británico Christopher Hitchens, en el que intenta persuadir a sus lectores de que han de abandonar sus creencias religiosas porque «las ciencias de la crítica textual, la arqueología, la física y la biología molecular han demostrado que los mitos religiosos son explicaciones falsas y artificiales». Llama la atención cuánto han proliferado tantos libros de proselitismo pseudo-científico antirreligioso por parte de quienes han ido dando tumbos ideológicos de acá para allá.

A quienes nunca hemos sido marxistas ni hemos apoyado ningún tipo de totalitarismo, esas defensas del ateísmo, supuestamente bienintencionadas, no pueden menos que revolvernos las tripas y el corazón. ¿Por qué pretenden imbuirnos de su paganismo? Si piensan que el cristianismo no es más fiable que los horóscopos, ¿por qué invertir esfuerzo en atacarlo? Lo que les pasa es que lo único que les queda del marxismo es su hostilidad contra la religión.

A finales de los 80 fui a la ciudad ucraniana de Lviv, que tiene cerca de un millón de habitantes. Visité su catedral católica transformada entonces en Museo del Ateísmo. Entre las piezas que se exhibían había una estatua de la Virgen en la que habían instalado por detrás un ingenioso mecanismo para verter agua de modo que simulara unas lágrimas: se enseñaba aquel artilugio a los alumnos de los colegios que visitaban el centro, explicándoles que así fabricaban sus «milagros» los católicos.

La pasada semana viajé a México y aproveché la ocasión para visitar la casa de Leon Trotsky, en la que en agosto de 1940 fue asesinado con un piolet por el catalán Ramón Mercader. Aquella sangrienta ejecución de un líder revolucionario por orden de Stalin reforzaba mi amarga impresión de que el comunismo es una ideología que llena a los seres humanos de odio y de una profunda tristeza.

En contraste, el cristianismo es una religión alegre que pretende ensanchar el horizonte de nuestras vidas, llenándolas de sentido, de amor y de servicio a los demás. Quienes han sido marxistas deberían dedicar su esfuerzo a intentar comprender cómo fueron captados por esa siniestra ideología en vez de empeñarse en persuadirnos de que tenían razón al menos en su hostilidad a la religión: a mí y a otros de mi generación, ese ateísmo militante nos parece la última patraña del marxismo.

domingo, 11 de mayo de 2008

Izquierda decimonónica

Desde la caida del Muro, la izquierda española en general, y ZP en particular, se han quedado sin los argumentos filosóficos (por llamarlos de alguna manera) que sustentaban la ideología socialista.

El caso es que, desde entonces, el PSOE de ZP (y de Roldán, y Vera y Barrionuevo, y el GAL, FILESA, MALESA, etc.) no tiene más referente ideológico que el de "darle cera a la Iglesia" siempre que pueda; so capa, eso sí, de un trasnochado laicismo, que huele a naftalina y a siglo XIX. Ojo, nada que ver con la izquierda realmente europea de Italia, Francia, Alemania o Inglaterra, que en este aspecto le dan mil vueltas al procer palurdo de León.

Teniendo en cuenta que, en economía, la izquierda nunca ha sido una buena gestora; y que, como hemos dicho, en lo ideológico se le han caido los palos del sombrajo, al pobre ZP y a la Vicevogue sólo les queda "la confrontación permanente" con el único enemigo que les puede plantar cara de verdad y de forma duradera.

Por algo será que en la Iglesia católica siempre defendemos que "la verdad os hará libres", mientras que la mentira ("ésto no es un trasvase", "no estamos negociando con ETA", "no hay crisis, sólo desaceleración") es el estado natural de "este pedazo de lider" que nos desgobierna.

Y ese es el problema, que con esos mimbres, no se puede hacer ningún cesto. Por eso, en España, es tan dificil ser, al mismo tiempo, coherente y progresista.

sábado, 10 de mayo de 2008

Los problemas de la Justicia en España




Al hilo de los recientes y desgraciados acontecimientos que han salpicado a la Justicia por su mal funcionamiento; y por mucho que se empeñen los Sindicatos y el Ministerio de Justicia en reforzar las horas dedicadas a tramitar asuntos, el proverbial atasco de los Juzgados no lo van a resolver nunca. Al menos, mientras no se resuelvan unos cuantos problemas más.

El primero de ellos, es el eterno desfase existente entre el volumen de asuntos que se tramitan al año y el número de Juzgados que han de tramitarlos. Siempre crece a ritmo mucho más rápido el número de asuntos, mientras que nunca aumenta en la misma proporción el número de Juzgados. Eso es así desde que tengo uso de razón (y ya voy a por los 50).

El segundo problema está en la ridícula dotación presupuestaria del Ministerio de Justicia que, desde siempre, es la "hermana pobre" de la Administración Pública. El día en que Justicia tenga los mismos medios humanos, técnicos y presupuestarios que la Inspección de Hacienda, tendremos una Justicia moderna. Mientras tanto, nos tendremos que conformar, en pleno siglo XXI, con una Justicia decimonónica.

El tercer problema reside en el desfase tecnológico que sufren los Juzgados, comparados, por ejemplo, con la Banca Privada o con la Hacienda Pública. Por no tener, los Juzgados españoles no tienen ni una dirección de correo electrónico que esté disponible, no ya al público en general, sino para abogados, fiscales o procuradores. Y, no hablemos de la posibilidad de consultar el estado de los expedientes a través de Internet.

El cuarto problema nos lo encontramos en la dispersión de Organismos (evidentemente incompetentes) que "meten sus sucias manos" en este pastel: Ministerio de Justicia, Comunidades Autónomas con esa competencia transferida y Consejo General del Poder Judicial. Al final, los unos por los otros y la casa sin barrer. Por ejemplo: llevamos más de tres años esperando a que entre en funcionamiento un programa que permita incorporar a los ordenadores de los Juzgados los documentos electrónicos que aportemos los abogados fiscales o procuradores por vía electrónica. Pues bien, a estas alturas de Internet, hoy es el día en que seguimos esperando a que el Ministerio, las CCAA que tienen transferidas las competencias de Justicia y el CGPJ se pongan de acuerdo en cómo debe ser ese programa. Que yo sepa, el programa sólo está funcionando, en fase de pruebas y no en todos los Juzgados, en León, patria chica de ZP, y en Zaragoza, de donde es, curiosamente, el Presidente del Consejo General de la Abogacía Española, Sr. Carnicer. Al paso que vamos, eso llegará al resto de España, Dios mediante, en el próximo siglo.

El quinto problema es de recursos humanos, y paradójicamente, la culpa la tienen los Jueces, los Secretarios Judiciales y el resto de personal adscrito a las Oficinas Judiciales. Me explico. Desde siempre, es el personal de los Juzgados el que absorbe el aumento de la litigiosidad mediante el aumento de horas de trabajo, ya sea en casa o en el juzgado (y hablo con conocimiento directo de tema). Han aceptado trabajar a base de incentivos por productividad y, con ello, hemos conseguido tener muchas sentencias, sí, pero muchas de ellas redactadas con excesiva prisa y muchas más pendientes de ejecutar, cuando lo ideal es tener buenas sentencias, aunque sean pocas, pero ni una más; y que sean el Ministerio, las CC.AA. y el CGPJ los se pongan las pilas para que haya, cada año, más Juzgados y mejor dotados, en función del aumento de la litigiosidad.

Hasta que no se solucionen todos esos problemas, y alguno otro que no cito para no aburrir, la Justicia en España irá como puta por rastrojo, dando tumbos al socaire de los vientos que soplen el Ministerio, en las CC.AA. y en el CGPJ.

Todo lo demás serán vanos intentos de cambiar la mierda de sitio, en lugar de limpiar la porquería.

Y, como decimos los sufridos letrados, este es mi parecer, que someto a cualquier otro mejor fundado.

sábado, 1 de marzo de 2008

¿En las aulas o en las jaulas?

La universidad española adopta, desde unos años atrás, una actitud lanar ciertamente preocupante: una serie de cubos de basura ideológica en forma de militantes independentistas, comunistas o lo que sea –siempre de extrema izquierda, no obstante– boicotea el normal tránsito de ideas que en toda universidad debe ser contemplado como un saludable ejercicio democrático; ello lo realizan, curiosamente, ante el desentendimiento abúlico de una buena parte de estudiantes que, bien por amedrentamiento, bien por indiferencia, no realiza gesto alguno para colocar a toda esa chusma en su sitio y, por supuesto, ante el natural pasotismo cómplice de la mayoría de los rectores. La impunidad con la que se mueven esos agitadores de baba sucia e intelecto podrido hace que conferenciar en algunas facultades españolas sea prácticamente imposible. Imposible si eres del PP o no eres socio del PSOE. Imposible si eres de Ciutadans o si eres Fernando Savater. Imposible si no eres Arnaldo Otegi, que no suele tener problema alguno.

Los casos de María San Gil, Dolors Nadal y Rosa Díez ilustran suficientemente lo antedicho. Bastan 50 gilipollas disfrazados de contracultura política para paralizar el sacrosanto deber de una fábrica de ideas como la que, en teoría, debe ser una universidad. La violencia es utilizada contra una forma democrática de pensar, de comportarse, de planear el futuro; las técnicas utilizadas por estos grupos de estúpidos son puramente mafiosas y filoterroristas, pero las consecuencias, en fin, no existen.

Los independentistas gallegos que quisieron agredir a María San Gil, a la que le desearon la muerte a manos de ETA, han salido de los juzgados a los que fueron llamados ufanándose de su acción y amenazando a los que pretendan utilizar su libertad en Galicia para dar una charla o protagonizar un acto. La chusma sectaria y también independentista que acosa y arremete a los que tienen la osadía de visitar las universidades catalanas es «comprendida» por sus mentores políticos, Esquerra Republicana de Cataluña, y, en cualquier caso, tan sólo condenada con la boca pequeña por aquellos que abusan de los considerandos para no ser plenamente contundentes, para no tener que solidarizarse con la indigna derecha. En el caso de la Complutense de Madrid, el rector Berzosa –firmante de la PAZ de apoyo a ZP– no ha encontrado motivos para llamar siquiera la atención de los que atosigaron e insultaron a la valiente eurodiputada vasca. Todos estos grupos tienen en común, por cierto, sospechosas conexiones con Batasuna, que estaría exportando su modelo de socialización del sufrimiento con la ayuda inestimable de grupos políticos como los arriba mentados y el concurso de todos esos becerros miserables. A ello añadamos un panorama un tanto desolador: si los estudiantes decentes callan y los rectores callan, ¿en manos de quién se deja la defensa de la universidad, de su dignidad, de su grandeza?

Sorprende el desinterés de los responsables políticos por acotar los movimientos de extrema izquierda fascistoide, por acabar con esta secta de animales irracionales. Es preferible para muchos de ellos mirar para otro lado y hacer ver que es una situación menor, intrascendente. Resulta más cómodo no enfrentarse a una realidad como la presente, que hasta la hora de escribir este suelto han sido principalmente las mentadas. Asusta pensar qué es lo que van a dejar estos energúmenos ignorantes para el final de la campaña, que ya está próximo. Los dirigentes políticos y universitarios, la Fiscalía y las fuerzas de orden público no deben andarse con miramientos: han de defender a los agredidos y no colaborar en la coincidencia de mensajes. Cuando se abusa del mensaje de «derecha extrema» –que es una forma de decir lo que no se atreven a pronunciar: «extrema derecha»–, sientan las bases para que los más filoterroristas los acusen de «fascistas» y, por lo tanto, todo valga contra ellos. No se puede dar a entender que, en el fondo, se lo merecen.

Eso es colaboración en la excrecencia. Eso es legítimar la inmensa mierda que son esos tipos. Y la democracia no está para esas bromas. Como dice Barbeito, más que en aulas parece que estén en jaulas.

Carlos Herrera.
xlsemanal
http://www.xlsemanal.com/web/firma.php?id_edicion=2887&id_firma=5650

Guerreros togados

Despues de casi un mes en dique seco, y con las baterías casi gastadas, cuelgo este artículo de Emilio Capmany en Libertad Digital, comentando el reciente encontronazo institucional con motivo del proceso contra los Albertos.

La sentencia por la que el Tribunal Constitucional ampara a los Albertos y considera prescrito su delito de estafa ha dado lugar a un toma y daca que sugiere preocupadas reflexiones e inquietantes preguntas.

Lo primero que hay que decir es que la doctrina del Tribunal Constitucional no es tan disparatada como parece. Entender que la prescripción del delito no se interrumpe por la presentación de la querella o denuncia y que sólo se produce con su admisión a trámite es discutible, pero no descabellado.

Lo que sí puede ser descabellado es que el Tribunal Constitucional, limitada su función jurisdiccional a valorar si los condenados han sido privados de la tutela judicial efectiva a la que tienen derecho, estime que, por una interpretación del Tribunal Supremo acerca del modo en que prescriben los delitos, ha privado a los Albertos de ella. Si no se disfruta de tutela judicial efectiva por esto, no se disfrutará en general siempre que un tribunal, incluido el Supremo, condene a alguien en base a una interpretación de las leyes con la que no está conforme el Constitucional. Entonces, el Constitucional sería el verdadero Tribunal Supremo, y éste no pasaría de ser una instancia intermedia.
Así que todas las quejas en general y las de la Fiscalía en particular están más que justificadas. Ahora bien, es impropio de un Fiscal General del Estado criticar una sentencia del Tribunal Constitucional acusándolo demagógicamente de estar más cerca de los estafadores que de los estafados y poniéndose él mismo como ejemplo de institución que hace lo contrario, estar más cerca de las víctimas que de los delincuentes. Todos ellos están para hacer Justicia, y esto significa absolver cuando hay que absolver y condenar cuando hay que condenar, y no estar más cerca de nadie.
Menos aún se entiende la reacción del propio Tribunal Constitucional que, sin rechistar a las críticas del Tribunal Supremo, le envió una nota al presidente del Gobierno pidiéndole, poco más o menos, que sujete a su Fiscal General e impida que exprese su punto de vista cuando sea contrario a la doctrina del alto tribunal.
¿Desconoce el Tribunal Constitucional que la Fiscalía forma parte del Poder Judicial y que, por lo tanto, es independiente del Poder Ejecutivo? ¿No será cosa de que el Tribunal intuye que, de facto, la Fiscalía hace lo que el Ejecutivo quiere que haga? ¿Ha sido la sentencia que anula la condena de los Albertos una sentencia "política", poco respetuosa con el Derecho positivo, pero necesaria para hacer justicia material sin tener qué explicar adónde fue realmente a parar el dinero supuestamente estafado? ¿Es por eso por lo que el Constitucional se ve obligado a apelar a la máxima autoridad política en busca de amparo?
La contestación del presidente del Gobierno diciendo que "toma nota" de la queja, como si estuviera en disposición de proporcionar el amparo solicitado, inclina a creer que la respuesta a las anteriores preguntas es afirmativa.
Un feo asunto que no deja de ser una prueba, entre muchas otras, de cuánta falta hace en España una Justicia más independiente. He aquí un buen tema sobre el que debatir el próximo lunes. Ya verán como no sale.

viernes, 1 de febrero de 2008

Ofensiva contra los obispos: ¿A qué tienen miedo?


Merece la pena leer este artículo de Opinión de Victoria Llopis, que hoy publica Libertad Digital; resume de manera magistral cómo está el patio ideológico del PSOE.

Pido la paz y la palabra...

Empieza a ser verdaderamente llamativo el torrente de críticas "no constructivas", descalificaciones groseras e insultos personales que se vierten sobre cualquier discrepante, tanto del partido político que lidera la oposición, como de las diversas asociaciones civiles de variado ámbito, y sobre todo y muy especialmente, de la Iglesia Católica. Llamativo y sobre todo sintomático: huele a perdedor.

Centremos los antecedentes. Hace tiempo que es ya público que para el inquilino de la Moncloa la acción política no debe tener una referencia antropológica y moral, no está vinculada a tradiciones filosóficas o espirituales, sino que es la expresión de la autodeterminación total: los deseos individuales se convierten en derechos, y el Poder legisla para que se cumplan.

Ahí tienen, por ejemplo, las confesiones del presidente a Suso de Toro en Madera de Zapatero o el jugoso prólogo del libro de Jordi Sevilla De nuevo, Socialismo:

En política no hay ideas lógicas. Hay ideas sujetas a debate que se aceptan en un proceso deliberativo, pero nunca por la evidencia de una deducción lógica. En política no sirve la lógica, es decir, en el dominio de la organización de la convivencia no resultan válidos ni el método inductivo ni el método deductivo, sino tan sólo la discusión sobre diferentes opciones sin hilo conductor alguno que oriente las premisas y los objetivos; entonces todo es posible y aceptable, dado que carecemos de principios, de valores y de argumentos racionales que nos guíen en la resolución de los problemas.

Para este hombre, el ser humano y la vida social serían como una página en blanco, susceptibles de reinventarse por completo en función de un nuevo consenso social, que en la práctica es tremendamente moldeable por el Poder.

Zapatero sueña con ser el nuevo Mesías que lleve al pueblo español –secularmente "alienado" por la penetración de la Iglesia– a la nueva tierra de promisión donde podrán disfrutar de la leche y miel del relativismo, del laicismo y de la ideología de género, las tres patas del banco en el que quiere que nos sentemos todos. Naturalmente, para ello aquellas tradiciones morales e instituciones que han moldeado nuestra bimilenaria historia común suponen un obstáculo para esa política de tabla rasa.

La hostilidad hacia ese tejido de sociedad civil que ha ido emergiendo a medida que aumentaban los actos y el clima opresivo, y que en forma sorprendentemente rápida han conseguido organización y sobre todo visibilidad pública, ha sido una constante de la legislatura: AVT o Foro de Ermua, padres objetores y centros escolares beligerantes frente a Educación para la Ciudadanía, obispos díscolos, militantes del PSOE disidentes, periodistas y medios de comunicación libres...

Zapatero no ha ahorrado referencias peyorativas a una sociedad marcada por una moral "carca" y "casposa". Para adornar tan extraordinario argumento se ha apoyado en su mentor, Peces Barba, quien ha declarado que "el creyente no puede ser protagonista político". ¿Motivo? Las religiones son irracionales y los creyentes por lo tanto lo serían también. Traducción: el Poder se arroga la potestad de decidir quién puede tener protagonismo y quién no en la vida pública, que consideran, por tanto, su propio cortijo. Pues señores, lamentamos decirles que eso no es más que grosera mentalidad totalitaria.

Miren: si otras formas de ver la vida tuvieron en el pasado algún tipo de hegemonía, la solución no es su sustitución por otra hegemonía estatalista y laicista de signo opuesto, sin sencillamente la libertad. Su mayoría parlamentaria es tan exigua que deja fuera prácticamente a la mitad de los ciudadanos; pero aunque fuera más amplia, tampoco estaría legitimada para imponer legislativamente una nueva moral y costumbres; una nueva matriz ética y un nuevo universo cultural.

No se puede dar por aceptable para todos lo que no es aceptado por todos. No puede pretender que legislan en nombre de la libertad si lo hacen violentando la libertad de muchos.
Por ello, frente al respeto por las reglas del juego que muestran todos los actores sociales mencionados, ellos sólo insultan, descalifican, agreden de mil maneras. Ya decía Julián Marías que "la mentira introduce la perversión en las relaciones humanas, perturba la visión de lo real, confiere una circulación fraudulenta a tesis que nada tienen que ver con la realidad. Se trata de una colosal suplantación de lo verdadero por ficciones incapaces de resistir cinco minutos de análisis. Por ello, el tratamiento de la mentira debe consistir en dejar a los que falsean la realidad sin el apoyo envolvente de los que favorecen sistemáticamente la suplantación. La realidad misma es la que puede asumir la función de la afirmación de sus derechos irrenunciables."

Y la realidad es que la Iglesia Católica sigue convocando a amplias multitudes porque ven en ella en estos momentos de encrucijada nacional un baluarte firme e insobornable de defensa de las libertades que consagra nuestra Constitución y que el Gobierno de Zapatero está conculcando de facto: libertad de educación, igualdad de todos ante la Ley, solidaridad entre los territorios, pluralismo ideológico y defensa de la dignidad del hombre y su verdad antropológica.

Ya les advirtió Habermas que "el precepto de neutralidad frente a todas las comunidades religiosas y todas la ideologías no desemboca necesariamente en una política religiosa laicista que hoy en día es criticada incluso en Francia". En la Francia cuyo presidente acaba de afirmar que "la laicidad positiva vela al mismo tiempo por la libertad de pensar, de creer y de no creer, y no considera que las religiones son un peligro, sino más bien una ventaja".

Sin libertad de conciencia y sin libertad de expresión no hay sociedad occidental, no hay Estado de Derecho. Y criminalizar esas libertades es retornar a los más oscuros periodos de la Historia.

"La Iglesia no ha entrado en campaña electoral y su discurso no es político", ha protestado Monseñor Martínez Camino. Lo saben, Monseñor, lo saben. Sólo quieren que se callen. Pero deberían darse por avisados con lo que ha dicho Monseñor Sebastián: que lo tendrán difícil, porque "la Iglesia es toda ella Palabra".

Pinchar aquí para leer íntegra la Nota de los Obispos

jueves, 31 de enero de 2008

Incorruptibles, pero tontos


Merece la pena reproducir el Editorial que hoy publica Libertad Digital sobre la triste polémica de los 400 Euros prometidos por ZP:

Como suele hacer cuando se da cuenta de que se ha equivocado, Zapatero está intentando por todos los medios neutralizar el efecto negativo que ha tenido su propuesta de los 400 euros. Primero, claro, intentando echar su basura en el jardín del PP. Así, parece mostrarse escandalizado porque haya quien piense que está intentando comprar votos, porque los españoles no se dejan comprar. Nos considera incorruptibles pero, eso sí, tan tontos como para no darnos cuenta de sus intenciones, tan claras, tan evidentes, tan explícitas que hasta Caldera las ha reconocido al explicar por qué votaron en contra de una propuesta parecida de CiU hace veinte días: porque su sitio era el programa electoral. Si nos votas, 400 euros. Si no, allá tú.

Por otro lado, la injusticia de una medida elaborada con el único objetivo de quedar bien ante los electores está quedando cada vez más patente. Ni los autónomos ni las personas de menores ingresos –aquellos que no pagan impuesto sobre la renta– recibirán un solo céntimo. Esta es una de las razones por las que no se había hecho una cosa parecida anteriormente; para que una medida de este tipo alcance a todos hay que hacer una reforma fiscal, aumentando el mínimo exento o reduciendo lo que se debe pagar en cada tramo. Lo que hizo el PP en su día y ha vuelto a proponer ahora, vamos.

Pero hay otra razón por la que no se había intentado comprar así el voto de los españoles, y es porque resulta demasiado descarado y obvio. Tiene parte de razón Zapatero al decir que "no hay un solo español del que se pueda pensar que se puede comprar su voto". No hay muchos, no, siempre que no se den cuenta de que es eso lo que se está haciendo. Esa era la apuesta del presidente del Gobierno, y le ha salido mal. Tiene tanta confianza en la capacidad de propaganda de sus medios que se ha pasado de frenada.

miércoles, 30 de enero de 2008

¿Libertad?


Ahora que se cumplen 30 años desde que España decidió constituirse en un régimen de libertades salta a los medios de comunicación el debate sobre los colegios que una fundación privada está construyendo en el Parc Bit de Palma de Mallorca. Y, como suele suceder en estos casos, se produce la paradójica situación de que quienes más blasonan de defender la libertad son, precisamente, los que más se oponen al ejercicio de ese principio superior que garantiza el primer artículo de nuestra Constitución.

La creación de centros de enseñanza privados siempre provoca en los centros dependientes del Erario Público una cierta desazón. La enseñanza pública española, habituada al monopolio de la expedición de títulos, sin duda por su impronta francesa del XIX, no acepta de buen grado que desde el ámbito privado se le haga competencia. Por supuesto, hay excepciones, pero éstas se manifiestan siempre en el ámbito individual.

Quienes se oponen a la libre creación de centros de enseñanza, muestran su rechazo a que la educación se considere un servicio más sujeto a las leyes del mercado. Haciendo suyos los típicos resabios de una jerga decimonónica, suponen que lo público es bueno y la competencia privada es mala, muy mala… sobre todo cuando un@ está acostumbrad@ a vivir beneficiándose de una situación de monopolio. Lo más curioso de todo es que, por poner un ejemplo, el principio director de las reformas universitarias de los últimos años es la adaptación de la universidad a… las necesidades del mercado.

Otra de las paradojas que se dan con más frecuencia en torno a este tipo de centros de enseñanza es aquella que consiste en imputarles todos los males posibles. Así, por ejemplo, se ha dicho en las páginas del Diario de Mallorca que:

Si separamos a las personas con coeficiente intelectual elevado de las que no lo tienen, si separamos a las personas de clase social baja de les de clase social alta, si separamos las personas según la cultura i procedencia, si separamos las personas según el color de la piel, si separamos las persones según el sexo, seguramente la eficiencia en el aprendizaje será más elevada, eficiencia por lo que hace a los resultados académicos y a los resultados cognitivos, es decir, por lo que hace al rendimiento; pero, no nos engañemos, eso no es educación.

En primer lugar, el párrafo es un claro ejemplo de demagogia, porque más parece hablar de un campo de concentración que de un centro de enseñanza. En segundo lugar, la autora induce al lector a pensar que en los Colegios del Parc Bit se va a separar al alumnado por su clase social, por su coeficiente intelectual, por sus ingresos, o por el color de su piel.

Y si la autora piensa que tal sucederá en esos colegios, es que no sabe por dónde le da el aire. O tiene muy mala leche. Es más, se podría decir que nunca ha pisado un colegio de los mal llamados “del Opus” (dado que el Opus Dei no tiene colegios). Si tiene un poco de paciencia, y algo de confianza en la buena fe de los padres y las madres que los promueven, ella misma podrá comprobar que sus temores son infundados y que el ideario de esos colegios va en dirección diametralmente opuesta a la mendaz acusación de segregar a nadie por su clase social, por su coeficiente intelectual, por sus ingresos, o por el color de su piel.

Y no se les segregará porque, poniendo en práctica las enseñanzas de San Josemaría Escrivá de Balaguer, en esos colegios, junto con un elevado rigor educativo, se persigue sólo y exclusivamente difundir, entre multitudes de todas las razas, de todas las condiciones sociales, de todos los países, el conocimiento y la práctica de la doctrina salvadora de Cristo: contribuir a que haya más amor de Dios en la tierra y, por tanto, más paz, más justicia entre los hombres, hijos de un solo Padre.Muchos miles de personas —millones—, en todo el mundo, lo han entendido. Otros, más bien pocos, por los motivos que sean, parece que no. Si mi corazón está más cerca de los primeros, honro y amo también a los otros, porque en todos es respetable y estimable su dignidad, y todos están llamados a la gloria de hijos de Dios. (San Josemaria Escrivá, Homilía El respeto cristiano a la persona y a su libertad).

Y en cuanto a la coeducación obligatoria, es claro que por algunos se pretende prohibir la educación diferenciada de niños y niñas, y que todos los centros educativos han de ser, obligatoriamente, mixtos. Obviamente, es legítimamente defendible la bondad de la educación mixta; pero también lo es la defensa de la educación diferenciada. Es tan simple como los es cualquier cuestión de preferencias personales, de respeto a las convicciones, de apostar por la diversidad de sistemas pedagógicos. Y si no es lícito imponer nada a nadie, lo lógico es que quién quiera colegio mixto, que pueda elegirlo; pero es igualmente legítimo que también pueda elegir libremente el que quiera educación diferenciada. Mientras los centros de educación diferenciada no pretenden imponer nada a nadie, es evidente que algunas ideologías quieren que sólo exista la educación mixta: ¿y la libertad?

Porque, en el fondo, de lo que estamos hablando es del pleno respeto a las convicciones ajenas, del libre ejercicio del pluralismo educativo, de llevar a la práctica el convivir con quienes piensan de forma diferente; en definitiva, estamos hablando de libertad. Y eso es, precisamente, lo que persiguen los padres y madres que están promoviendo esos colegios: ejercer libremente, y en igualdad de condiciones, su legítimo derecho a educar a sus hijos como a ellos les de la gana, ahora que se cumplen 30 años de libertad.

Y termino citando de nuevo una de las enseñanzas de San Josemaría Escrivá:

“si alguno entendiese el reino de Cristo como un programa político, no habría profundizado en la finalidad sobrenatural de la fe y estaría a un paso de gravar las conciencias con pesos que no son los de Jesús, porque su yugo es suave y su carga ligera. Amemos de verdad a todos los hombres; amemos a Cristo, por encima de todo; y, entonces, no tendremos más remedio que amar la legítima libertad de los otros, en una pacífica y razonable convivencia.” (Es Cristo que pasa, Homilía Cristo Rey, Punto 184).

jueves, 24 de enero de 2008

Lo que Benedicto XVI pensaba decir en La Sapienza


Cuelgo un artículo de Aceprensa que sintetiza muy bien lo que no le dejaron decir al Papa unos cuantos energúmenos.


Doscientas mil personas –una cifra récord– se reunieron el 20 de enero en la plaza de San Pedro para acompañar al Papa en el tradicional Angelus dominical. La multitud de fieles expresaba de este modo su apoyo a Benedicto XVI en esta semana después de que se viera obligado a anular su visita a la Universidad de La Sapienza.

“Por desgracia –afirmó el Papa–, como es sabido, el clima que se había creado ha hecho inoportuna mi presencia en la ceremonia. A pesar mío, desistí de acudir a la invitación, pero de todos modos he querido enviar el texto que había preparado para esa ocasión. Con el ambiente universitario, que durante largos años fue mi mundo, me unen el amor por la búsqueda de la verdad, por el diálogo franco y respetuoso de las respectivas posiciones”.

Al inicio de la que iba a ser su intervención en el ateneo romano, Benedicto XVI explica su concepción de la institución universitaria: “Pienso que puede decirse que el verdadero e íntimo origen de la Universidad está en el anhelo de conocimiento que es propio del ser humano, que quiere saber qué es todo lo que le rodea. Quiere verdad (…). Es este el impulso con el que ha nacido la Universidad occidental”. Una gran empresa en la que se ve enseguida implicado el espíritu cristiano: “El interrogarse de la razón sobre Dios, sobre la naturaleza y el sentido del ser humano, no significaba –para los cristianos– ausencia de religiosidad, sino que muy al contrario formaba parte de su modo de ser religioso”. Su concepto de religión incluye la “búsqueda fatigosa de la razón por alcanzar el conocimiento de la verdad” y por ello “podía, es más, debía, en el ámbito de la fe cristiana, del mundo cristiano, nacer la Universidad”.

Al referirse a ese proceso de búsqueda de la verdad, el Papa aclara que “la verdad significa más que el saber: tiene como objetivo el conocimiento del bien”. No se trata tampoco de una verdad simplemente teórica. La Universidad nació con vocación práctica, con el deseo claro de atenerse a la realidad y resolver problemas de la existencia cotidiana. Explica Benedicto XVI cómo las primeras cuatro facultades de la Universidad medieval (medicina, jurisprudencia, filosofía y teología) buscaban siempre esa correlación entre teoría y praxis. En este punto, destaca el Papa el papel que el medievo otorga a las facultades de filosofía y teología: “A ellas les era confiada la investigación sobre el ser humano en su totalidad, y con ello el tener siempre viva la sensibilidad por la verdad (…), no permitir que el hombre se distraiga en su búsqueda de la verdad”.

En los tiempos más recientes, la Universidad se enriquece con nuevos ámbitos del saber (las ciencias naturales, la investigación histórica, las humanidades...). “El peligro del mundo occidental –alerta el Papa– es que el hombre, precisamente a la vista de la grandeza de su saber y de su poder, se rinda ante la cuestión de la verdad”, cediendo a la “tensión de los intereses y el atractivo de la utilidad” y considerando estos como criterio último.

Semejante situación tiene unos efectos devastadores sobre la filosofía y la teología: “Existe el peligro que la filosofía, no sintiéndose capaz de cumplir con su verdadera ambición, se degrade en positivismo; y que la teología (…) venga confinada a la esfera privada de un grupo más o menos grande”. De ocurrir esto, “la razón se vuelve sorda al gran mensaje que le viene de la fe cristiana y se reseca como un árbol cuyas raíces no alcanzan ya las aguas que le dan vida (…). Aplicado a la cultura europea, esto significa que si ésta quiere autoconstituirse solamente sobre el círculo de sus propias argumentaciones lo que en un momento dado le convence, y –preocupada por su laicidad– se separa de las raíces de las que vive, entonces no llega a ser más razonable y más pura, sino que se descompone y se hace añicos”.

Ante este panorama, Benedicto XVI se plantea: ¿qué puede decir el Papa a la Universidad? “Sin duda –afirma–, no debe buscar imponer a los demás la fe de modo autoritario”, sino más bien “mantener siempre despierta la sensibilidad por la verdad; invitar de nuevo a la razón a ponerse a la búsqueda de la verdad, del bien, de Dios y –en este camino– animarla a apreciar las útiles luces que han surgido a lo largo de la historia de la fe cristiana y ver así a Jesucristo como la Luz que ilumina la historia y ayuda a encontrar el camino hacia el futuro”.

jueves, 10 de enero de 2008

Escalada anticlerical


Resulta muy preocupante la escalada anticlerical de la izquierda española (sin parangón con el resto de la izquierda europea). Parece como si en España la izquierda se hubiera quedado sin más referencia ideológica que la del puro enfrentamiento con la Iglesia católica (y sólo con ella).

En una democracia de verdad, como puedan ser Alemania, Italia, Francia o Gran Bretaña, se respetan TODAS las opiniones, sin lanzar excomuniones por lo civil contra los discrepantes, ya sean Obispos o Fontaneros.

Paradógico resulta, igualmente, que el apostol laico de la Alianza de Civilizaciones, les baile el agua a quienes, desde el más puro fundamentalismo fanático, estan implantando la Yihad en todo el mundo. O se ponga a negociar con terroristas, a espaldas del Parlamento, mientiéndole por todo el morro a la nación.

Al mismo tiempo, los socialistas españoles, y so capa de un trasnochado laicismo, propio del siglo XIX, pretenden enterrar en las catacumbas a quienes no piensan como ellos, mientras defienden a capa y espada las altas cotas de libertad que hemos alcanzado en este país.

Y eso sin contar con la machada acometida por Pepiño Blanco de enfrentarse, nada menos, con Benedicto XVI en materia escriturística. ¡Pero qué atrevida es la ignorancia!

Otro día hablaremos de lo bien que marcha el país (ojo, no me refiero al periódico) en materia económica, y de lo despistada que está la peña roja, que no se entera de lo que, de evrdad, cuesta un café en la calle y encima pregona Urbi et Orbe, que la economía está de dulce gracias al buen hacer de Mr. Z.

martes, 8 de enero de 2008

Protestan porque les obligan a ser legales


Las clínicas abortistas de Cataluña y Baleares protestan porque les estan obligando a cumplir la ley.

Como todo el mundo sabe, la ley española de despenalización del aborto prevé una serie de supuestos para poder abortar.

En muchas clínicas, según era conocido en toda Europa, se permitía cualquier barbaridad porque, al parecer, todo el mundillo del sector (por llamarlo de alguna manera) entendía que la ley era un simple pretexto para cubrir el expediente y permitir abortos a medida.

Pues bien, parece ser que ha habido un fallo en el sistema. Alguien se ha leído la ley, y se ha armado la gorda.

Ahora las clínicas privadas se quejan de que van a tener que cumplir con lo previsto en la Ley. A este paso, Zapatero va a tener que intervenir y pedir tolerancia.

Por lo visto, exigir el cumplimiento de la ley es intolerancia y no supone consenso.