jueves, 17 de julio de 2008

Señales de vida


Tan sólo unas líneas para dar señales de vida y aconsejar al amable lector que no deje de seguir por TV o Internet el viaje del Papa a Australia, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud.

Otro día, con más calma, contaré los detalles de mi reciente paso por los sótanos de un gran hospital. Si la última vez fue de aurora boreal, ésta ha sido de película de los Hermanos Marx.

Que pasen Vds. un buen día.

sábado, 12 de julio de 2008

Apple se iPhone las pilas


Ha sido una jugada de marketing impresionante en la que, por una parte, Apple le da un collejón telefónico a la empresa del Puertas (están verdes, dijo la zorra) y, por otra, Movistar le ha mojado la oreja a Orange y Vodafone, que siguen mareando la perdiz a base de unos terminales con todo el mp3 que Vd quiera, pero que, de golpe y porrazo, se han quedado más obsoletos que una radio de galena.

Es lo que tiene lo de vivir en un Mercado Global, que al camarón que se duerme, se lo lleva la moda por delante.

La verdad es que el chisme es atractivo, y tal y cual, pero para ser un teléfono es un poco grande y, para ser un ordenador es un poco pequeño. Lo que ya no soy capaz de discernir es si tiene el tamaño justo para ser un Agendáfono.

En cualquier caso, me da en la nariz que es un nuevo chisme que van a pillar todos los pijos del mundo munidal al grito de "kiyo el últimoooo!!!". Evidentemente, también es un instrumento fenomenal para pasar de la crisis y gastar tontamente el dinero viendo la cotización de unas acciones que no tenemos, o leyendo un periódico que ya tienes en casa encima de la tele.

¿Y tú, ya tienes tu iPhone?

miércoles, 9 de julio de 2008

En un bosque



Nada tendría que decir sobre esta imagen, si no fuera porque estaba colocada en lo más profundo de un bosque suizo situado a las afueras de Zurich y a varios kilómetros de cualquier lugar habitado. No quiero ni pensar en el pobre perro que se viera en tal aprieto.

Sabíamos que los suizos (y las suizas) son pulcros (y pulcras) por naturaleza (y por naturalezo), pero nunca nos habíamos imaginado que llegarían a esos extremos (y extremas).

NOTA: Esta entrada se la dedico a la Excma. Sra. Ministra de Igualdad

martes, 8 de julio de 2008

Constructores de la Sociedad



Ahora que se habla tanto de las reformas sociales que pretende impulsar el PSOE, no está de más releer el fenomenal artículo que publicó D. Pablo Cabellos en el diario Levante el pasado 29.III.2008. Lo mejor de todo está al final.

Toda la vida social es expresión de su inconfundible protagonista: la persona. Este importante reconocimiento se expresa en la afirmación de que lejos de ser un objeto y un elemento puramente pasivo de la vida social, el hombre es, por el contrario, y debe ser y permanecer, su sujeto, su fundamento, su fin. No han faltado en el pasado, y aún se asoman dramáticamente a la escena de la historia actual, múltiples concepciones reductivas, de carácter ideológico o simplemente debidas a formas difusas de costumbres y pensamiento, que se refieren al hombre, a su vida y a su destino. Estas concepciones tienen en común el hecho de ofuscar la imagen del hombre, acentuando sólo algunas características, con perjuicio de todas las demás.

Una sociedad justa puede ser realizada solamente en el respeto a la dignidad trascendente de la persona. Ésta representa el fin último de la sociedad, que está a ella ordenada: el orden social, pues, y su progresivo desarrollo deben en todo momento subordinarse al bien de la persona, ya que el orden real debe someterse al orden personal, y no al contrario. Por esta razón, ni su vida, ni su pensamiento, ni sus bienes, ni cuantos comparten sus vicisitudes personales y familiares pueden ser sometidos a injustas restricciones en el ejercicio de sus derechos y de su libertad. La dignidad humana requiere, por tanto, que el hombre actúe según conciencia y libre elección, es decir, movido e inducido por convicción interna personal y no bajo la presión de un ciego impulso interior o de mera coacción externa. El recto ejercicio de la libertad personal exige unas determinadas condiciones de orden económico, social, jurídico, político y cultural que son, con demasiada frecuencia, desconocidas o violadas.

Se trata del principio de la dignidad humana en el que cualquier otro principio y contenido de la doctrina social encuentra fundamento: del bien común, de la subsidiaridad y de la solidaridad. La subsidiaridad está entre las directrices más constantes y características de la doctrina social de la Iglesia. Es imposible promover la dignidad de la persona si no se cuidan la familia, los grupos, las asociaciones, las realidades territoriales locales, en definitiva, aquellas expresiones agregativas de tipo económico, social, cultural, deportivo, profesional, político, a las que las personas dan vida espontáneamente y que hacen posible su efectivo crecimiento social. La red de estas relaciones forma el tejido social y constituye la base de una verdadera comunidad de personas. Es éste el ámbito de la sociedad civil.

Conforme a este principio, todas las sociedades de orden superior deben ponerse en una actitud de ayuda (subsidium) —por tanto, de apoyo, promoción, desarrollo— respecto a las menores. A la subsidiaridad entendida en sentido positivo, como ayuda económica, institucional, legislativa, corresponde una serie de implicaciones en negativo, que imponen al Estado abstenerse de cuanto restringiría, de hecho, el espacio vital de las células menores y esenciales de la sociedad. Su iniciativa, libertad y responsabilidad no deben ser suplantadas. La negación de la subsidiaridad, o su limitación, limita y a veces también anula el espíritu de libertad e iniciativa. Con el principio de subsidiaridad contrastan las formas centralizadas, de burocratización, de asistencialismo, de presencia injustificada y excesiva del Estado y del aparato público.

Consecuencia característica de la subsidiaridad es la participación, que se expresa, esencialmente, en una serie de actividades mediante las cuales el ciudadano, como individuo o asociado con otros, directamente o por medio de los propios representantes, contribuye a la vida cultural, económica, política y social de la comunidad civil a la que pertenece. La participación en la vida comunitaria es también uno de los pilares de todos los ordenamientos democráticos, además de una de las mejores garantías de permanencia de la democracia. Así, la comunidad política se constituye para servir a la sociedad civil de la cual deriva y con la que debe regular sus relaciones según el principio de subsidiaridad.

Una advertencia: sólo el título es mío, y ni una palabra más, ni siquiera para mejorar el conjunto de la redacción. Me he limitado a «cortar y pegar» del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, sin ningún género de manipulación.

domingo, 6 de julio de 2008

Los 40 de Chuli

Hoy cumple cuarenta tacos mi hermana Chuli. Pensaba colgar un post sobre la penúltima chorrada que se le ha ocurrido a ZP para marear la perdíz, pero, comprenderá el venébolo lector que, ante semejante fasto, ceda en mi pretensión y me sume al innumerable coro de felicitaciones que estará recibiendo mi hermanísima.

Estoy seguro de que, a partir de hoy, será aún más chulísima.

Un besote.